Los alumnos del ciclo de Acondicionamiento Físico realizan una sesión de hidrocinesia con un paciente real
La semana pasada, nuestros alumnos del Grado Superior de Acondicionamiento Físico tuvieron la oportunidad de vivir una práctica fantástica y única: una sesión de hidrocinesia. Y fue una experiencia de esas que te llenan de satisfacción y te hacen consciente de dónde está tu lugar, profesionalmente hablando. De esas que te dan ganas de continuar el camino elegido, sin perder la ilusión y la motivación ni un solo segundo.
Los alumnos proponen ejercicios acuáticos a un paciente real
Y es que, junto a la profesora Patricia Hernández, los alumnos tuvieron un invitado muy especial al que pudieron ayudar y hacer sentir esperanza de nuevo. Esta persona tuvo un accidente de moto hace 13 meses, lo que le supuso una gran pérdida en su capacidad a la hora de caminar, teniendo que llevar muletas como apoyo.
Ante esta situación, llevaron a cabo una sesión de terapia acuática (hidrocinesia) a través de la cual pudieron ver y vivir en primera persona, cómo, en muchas ocasiones, el medio acuático puede servir de gran terapia con respecto al medio terrestre.
Grandes resultados en la terapia de hidrocinesia
Tal y como nos cuenta la profesora, Patricia: “Hubo una mejoría de la circulación, los movimientos eran más fluidos, mejoró el equilibrio, la estabilidad y la coordinación. Se redujo el miedo a caídas, hasta que acabó desplazándose por la piscina sin ayuda. Es decir, el paciente se vio con una autonomía que no tiene fuera del agua y eso le emocionó…”.
Porque en este tipo de prácticas, sin duda es importante saber qué ejercicios aconsejar, pero mucho más importante es saber empatizar y apoyar a las personas a las que quieres ayudar. La fuerza física, en la mayoría de los casos, depende la fuerza mental. Y, desde luego, “fue una experiencia magnífica. No solo por los ejercicios propuestos al paciente, sino por lo que le supuso al paciente la sesión… ESPERANZA”.
