El exalumno de Realización de CPA, Juan Alcalde, nos cuenta su experiencia desde que acabó el ciclo y su vida actual en la agencia BAMBAM Comunicación
Nos encontramos con Juan Alcalde, exalumno del Grado Superior de Realización. Terminó su formación en el año más complicado: cuando comenzó la pandemia. Pese a todas las dificultades, hoy trabaja en una de las agencias de Comunicación más reconocidas de Zaragoza: BAMBAM Comunicación.
Encantados de saludarte Juan y muchas gracias por tu disposición.
Tu época de formación fue en pandemia ¿cómo recuerdas ese periodo?
Realmente la pandemia afectó a mi última etapa formativa. Tres días antes de irme a Madrid donde iba a hacer las prácticas de formación profesional en Telson, establecieron el estado de alarma y se anuló todo.
Me gustó que el centro dejara en la mano de los estudiantes qué querían hacer con sus prácticas. Los que querían empezar a estudiar algo en septiembre tenían la posibilidad de realizar un trabajo que les convalidaría este periodo. En cambio, los que teníamos claro que queríamos empezar ya en el mercado laboral, tuvimos la oportunidad de “jugárnosla” a intentar entrar en alguna empresa, puesto que el mercado estaba muy complicado.
Desde el centro nos avisaron de los riesgos que tenía la decisión; había poca infraestructura en las empresas, por las circunstancias les salía muy caro a nivel protocolario, sanitario y de seguridad recibir alumnos en prácticas…
Además, lógicamente, como todo estaba cerrado, la cantidad de trabajo también había bajado. (Todos los sufrimos)…. A pesar de todo, no tiraron la toalla con los que decidimos buscar prácticas laborales y nos apoyaron en todo momento.
Yo conseguí estar tres meses en MotorLand Aragón junto a otros tres compañeros. Después me contrataron y trabajé dos años como creador de contenido, fotógrafo y videógrafo.
¿Cuál fue el mayor reto al que te enfrentaste durante esos años y de qué manera crees que CPA te ayudó a superarlo?
Para mí fue, sin duda, el temor y la incertidumbre. El no saber qué va a pasar, si vas a poder encontrar unas prácticas que valgan la pena, pensar en cómo esta crisis iba a afectar al sector…
Desde mi perspectiva de estudiante a punto de titular, me sentía muy impotente. Tenía conocimientos, pero me faltaba la experiencia.
Desde el centro nos transmitieron mucha seguridad en todo momento sin falsas expectativas.
¿Qué aspectos destacarías como los más beneficiosos para tu desarrollo profesional?
Educación, honestidad, y flexibilidad. El valor de un profesional es la suma de sus conocimientos y sus habilidades, multiplicado por la actitud. No es lo que sepas, sino cómo lo demuestras y cómo tratas a tus compañeros.
Prefiero mil veces trabajar con alguien que es agradable, majo y educado aunque técnicamente imperfecto, antes que a alguien que es el mejor en lo suyo pero trata mal a la gente o ¨va con aires¨.
Cuando tú tratas a un profesional con educación y respeto ellos te tratarán como igual y ahí es donde más puedes aprender de ellos.
También tienes que ser consciente de lo que eres capaz y admitir cuando algo se te queda grande. Hay que ser ambicioso e intentar hacer cosas cada vez más grandes, pero siendo realistas. Al final, si vas con la verdad por delante, escuchas y dejas que te enseñen, acabarás progresando.
¡¡Ahh! Y, sobre todo, la flexibilidad. Vivimos en un momento en el que para la figura del filmmaker es imperativo hacer y saber de todo. Tienes que ser cámara, sonido, montaje, producción… pero además saber de prensa, redes, diseño… no solo por multifuncionalidad, sino porque todos esos conocimientos están vinculados.
Lo que puedas aprender un día cargando fruta, te puede servir en un momento crítico de cargar una furgoneta en un rodaje. O la experiencia de un trabajo de cara al público te puede ayudar cuando tienes que dirigir una sala de prensa con más de 200 periodistas de todo el mundo. Todas esas vivencias, por muy distintas que parezcan, aportan y este aprendizaje saca la mejor versión de uno mismo.
“No es lo que sepas, sino cómo lo demuestras y cómo tratas a tus compañeros”
¿En qué medida crees que la formación recibida en el centro te preparó para ingresar al mundo laboral en el campo de la comunicación?
En mi caso fue total ,ya que mi conocimiento técnico era casi nulo. Venía de usar la típica cámara point-and-shoot que te regalan por la comunión y editaba chorradas en Sony Vegas. Para mí fue un salto de calidad total y de descubrimiento, tanto a nivel técnico, como inspiracional.
¿Cuál fue el mayor desafío al que te enfrentaste al pasar de la formación al trabajo en una agencia de comunicación reconocida?
La mayor diferencia de la formación con el mundo laboral es el cliente. En clase “todo vale” como quién dice, pero en el mundo real no.
Que un cliente te rechace un briefing molesta. Que un cliente te pida cambios en un vídeo que para ti está perfecto… molesta, pero es la realidad y tienes que saber que va a ser así. Hay que acostumbrarse al fracaso y al rechazo porque lo vivirás muchas veces.
Otro problema que sufrí (y sigo sufriendo) es ese miedo al pez más grande, a no estar a la altura. Por fortuna o por desgracia, en las redes vemos constantemente trabajos de gente, haciendo cosas increíbles,o consiguiendo unos resultados con los que tú solo soñarías.
Es muy difícil no sentirte achantado por ese contraste, siempre se tiene que pensar que si se está en un lugar es por algo. Eso sí, usar todas esas nuevas ideas como inspiración, en vez de como lastre.
La adaptación del mundo cine/tele al mundo digital/media es un salto también. Son ritmos completamente distintos: estilos, narrativas… y todos tenemos que cambiar porque ahora manda el formato vertical y no tiene pinta de que vaya a cambiar, pero también está brindando la mayor oportunidad profesional en el sector audiovisual que se ha visto nunca.
“Hay que acostumbrarse al fracaso y al rechazo porque lo vivirás muchas veces”
¿Qué habilidades o conocimientos adquiridos durante tu formación has encontrado más útiles en tu trabajo actual?
Creo que todos; al final está formación fue mi base sobre la que construí todo. Luego es el hambre o la ambición de cada uno, lo que te llevan más allá. Al final todos terminamos el grado con el mismo título, la cosa es quién se ha currado más los trabajos, quién se ha metido a más prácticas, quién ha aprendido más cosas extra que los demás pueden no tener. CPA te da las herramientas necesarias para ver lo que puedes llegar a ser.. el resto lo tienes que poner tú.
¿Cómo ha sido la transición de ser estudiante a ser un profesional en el campo de la comunicación? ¿Qué consejo darías a los estudiantes que están a punto de hacer esa transición?
Cuando empecé en MotorLand Aragón, entré de lleno en el mundo de la Comunicación, Marketing y prensa mundial. El chapuzón fue de proporciones épicas: tuve que aprender de comunicación corporativa, comercial y periodística en cuestión de meses. Yo solo sabía de foto y vídeo, pero siendo parte del departamento de Comunicación, aprendí a hacer notas de prensa, campañas de Google Ads, estrategia de comercio web, Analityc, engagement… desde cero.
Fueron casi dos años donde me curtí y viví ¨muchos marrones¨, pero de ellos aprendí.
Además todo a un nivel muy acelerado: tenía que hacer fotos en pista mientras preparaba la campaña publicitaria de un Gran Premio de MotoGP y las horas son las que son. Pero esto me preparó para mi trabajo actual en la agencia, que también es muy intenso.
Cuando entré en BAMBAM la escala cambió por completo y parecía todo mucho más pequeño, pero esto me permitía cuidar mucho más lo que hacía, además de descubrir un nuevo abanico de clientes.
Ahora no hago fotos de motos y coches todos los días; un día es moda, otro gastro, otro cultura, otro videos de calle, otro foto de producto en estudio… y esa variedad me da la vida.
Mi consejo es que tienen que tener muchas ganas y mucha paciencia porque es un mundo frenético. Cada semana cambian los trends, los algoritmos, ahora se lleva este estilo, la semana que viene este otro… y todo es muy efímero.
¿Qué aspectos de tu trabajo en la agencia de comunicación te resultan más gratificantes o satisfactorios?
Lo primero el trabajo en equipo. Poder juntarme con varias mentes creativas, cada semana y desarrollar ideas para eventos, sesiones, brandings… es genial y encima hay muy buen rollo entre los compañeros.
Y lo segundo es la variedad. Soy una persona que odia estancarse y hacer siempre lo mismo y la variabilidad de clientes es una maravilla. Además te anima a probar cosas nuevas y estilos distintos que potencian esa creatividad. Por ejemplo, hacer una sesión de una marca de hamburguesas como si fuese una marca de ropa o usar trends deportivos para vender colchones. ¡Ahora mismo todo es posible!
¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando en una agencia de comunicación reconocida en comparación con tus expectativas mientras estudiabas en el centro de formación?
Sinceramente jamás pensé que acabaría en una agencia, no conocía este sector hasta que entré y ha sido un BOOM total. Te das cuenta de todo el trabajo que hay detrás de la publicidad (en este caso en redes) y lo mucho que necesita profesionales como nosotros.
Ha sido como descubrir que la charca donde te ibas a bañar es tan profunda como un océano. Sin duda, me quedaré un tiempo en el mundo de la Comunicación y la Publicidad. Igualmente no he dejado de lado mi faceta cinematográfica, que es por lo que entramos la mayoría en este sector.
Tres o cuatro veces al año me llaman de distintos rodajes, como La Estrella Azul o Mi Vecino Yuan para trabajar en ellos de manera profesional. Para mí tener la suerte de poder vivir del Audiovisual ya es increíble; pero poder a la vez “meter cabeza” en la industria del Cine y disfrutar de ambos mundos, sinceramente, ¡es un sueño!.
Como he dicho antes, creo que todo aporta y cómo tratas a las personas con las que trabajas aún más. Así que imagino que estaré haciendo bien las cosas.
¿Qué consejos o recomendaciones darías a aquellos que están considerando seguir una formación en Comunicación en un centro de formación profesional?
Es una apuesta segura, hoy en día, toda marca o comercio que quieres triunfar necesita estar en redes y esas redes necesitan estar nutridas de fotos y vídeos constantemente.
Estamos en la edad dorada del filmmaker y pocos momentos habrá así para subirse a este tren. A todos ellos les digo que le echen ganas, que sean perfeccionistas y que disfruten del proceso, que a muchos (me incluyo) ¡se nos olvida!.